
La universidad Complutense tiene un ambicioso plan de actuación de la agenda 2030 a medio y largo plazo. Se centra en la aplicación de los objetivos energéticos en los campus , calidad en la educación, con campañas de concienciación en la comunidad universitaria y haciendo una especial atención en la gestión de residuos, mejoras en las zonas verdes y promoción de la sostenibilidad en todos los aspectos.
Periódicamente publica los avances en todos los objetivos definidos. Hay iniciativas para ayudar a Ucrania, velar por la salud de su personal, mejorar la calidad de la enseñanza y diseña cursos sobre sostenibilidad y medioambiente. No hace mucho se inaguró una flor solar mostrando que la energía verde es viable. También incentiva a los estudiantes a participar en actividades sobre huertos y ecología urbana. Aparecen iniciativas para cuidar la alimentación.
En el ámbito social. se fomenta empoderar a la mujer. El proyecto lusmigrante analiza la trata de personas para delinquir, buscando un equilibrio entre el castigo y la protección. Promueve la cooperación de la paz y justicia con otras instituciones y asociaciones diversas.
La innovación tecnológica es fundamental. La digitalización de la documentación, ofrecer el mayor número de procedimientos vía sede electrónica, limitar el uso del papel en lo posible. Es partícipe del proyecto «Una Europa» que es el embrión de nuevos grados interuniversitarios de enfoque internacional con una mayor coordinación.
Precisamente estos días se han celebrado las V jornadas ApS que son un ejemplo de cómo trabaja la Complutense con los ODS.
La universidad juega un papel importantísimo en el objetivo de conseguir la mejor educación con calidad. Primero porque debe asegurar la mejor formación del profesorado y además convertir a los estudiantes de sus titulaciones en profesionales cualificados. Y por supuesto, no hay que olvidar que debe ser un motor de innovación apostando por la investigación de calidad para aportar a la sociedad nuevas líneas de crecimiento en todos los ODS.
Desde mi entorno somos conscientes que todo el trabajo que hacemos repercute en pro de los objetivos marcados desde la Dirección. Se nos anima a usar el transporte público, hacer ejercicio, cuidar la alimentación, participar en actividades de concienciación sobre el medio ambiente, e incluso tenemos un proyecto piloto para estudiar la implantación del teletrabajo en la medida de lo posible, dados los beneficios que conlleva su práctica.
El grado de implicación es alto, con buena actitud porque pensamos que el cambio es a mejor. La estrategia de la universidad es completa aunque faltan recursos en todos los servicios con los que tengo contacto. Con lo cual las grandes transformaciones en mi área requieren nuevos puestos de trabajo que tardan mucho tiempo en llegar.
Es el teletrabajo una manera activa de participar en estos objetivos, ya que reduce la huella del carbono, se mejora la productividad y se aumenta la interconexión de todos los equipos de trabajo mediante el uso de internet en el sentido más amplio. Sin contar en los ahorros en costes para la universidad que supone esta actividad. No es algo fácil, ya que requiere ajustes y refinamientos para que esta nueva etapa sea enriquecedora para todos.
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